domingo, 25 de mayo de 2014

CRÍTICA DE: "OSLO, 31 DE AGOSTO"

Sólo la muerte tiene sentido
OSLO, 31 DE AGOSTO êêêê
DIRECTOR: JOACHIM TRIER.
INTÉRPRETES: ANDERS DANIELSEN LIE, HANS OLAV BRENNER, INGRID OLAVA.
GÉNERO: DRAMA / NORUEGA / 2011  DURACIÓN: 95 MINUTOS.   


     Estrenada con mucho retraso en nuestro país, OSLO, 31 DE AGOSTO es una nueva adaptación a la pantalla grande de la novela de Pierre Drieu La Rochelle “El fuego fatuo”, que ya fue llevada al cine magistralmente por Louis Malle en 1963. El director noruego Joachim Trier (familiar lejano de Lars von Trier) sigue el itinerario fatal de Anders (Anders Danielsen Lie) un joven que está a punto de acabar un tratamiento de desintoxicación en un centro especializado rural. Aprovechando un permiso, se queda en la ciudad para presentarse a una entrevista de trabajo como parte de la terapia y se encuentra con gente que hacía mucho tiempo que no veía. Es un joven inteligente, guapo y de buena familia, pero se siente profundamente perturbado por los errores que ha cometido y las personas a las que ha decepcionado. Sin embargo, cuando llega la noche, sueña con la remota posibilidad de encontrar el amor y comenzar una nueva vida llena de esperanzas en el porvenir.


      Tanto el texto de Drieu La Rochelle como la adaptación que llevó a cabo Malle se encuentran entre mis obras favoritas, Trier logra una poderosa nueva versión situando la trama dentro del marco actual, donde encuentra un lacerante y brutal sentido debido a que la crisis ha erosionado fatídicamente el devenir de tantas vidas jóvenes. Al mismo tiempo, el cineasta noruego profundiza en la demoledora soledad  de un personaje y sus dilemas internos, un tipo carente ya de estímulos para seguir viviendo y cuya figura se va difuminando hasta desaparecer. El 31 de agosto marca el final del verano noruego, y justo el día antes Anders intenta inútilmente suicidarse, posteriormente acudirá a una entrevista de trabajo en la redacción de una revista de actualidad, será consciente entonces de los infranqueables barreras que se erigen en su camino y que le impiden encontrar su sitio en la sociedad. OSLO, 31 DE AGOSTO es un film bellísimo, triste e intimista que sigue de forma incesante a un joven introvertido, sensible e inadaptado en su último itinerario y que entre encuentros y desencuentros, paseos y silencios, vagabundea por Oslo marcando el latido de su desasosiego vital, los últimos y aflictivos momentos de una vida para la que no encuentra remedio.    



      Rodada con cámara en mano y en tono semidocumental, la cámara acompaña impenitentemente a Anders, un personaje escéptico y desalentado al que da oxígeno de manera superlativa Anders Danielsen Lie, que proyecta siempre una mirada de abatimiento y desencanto sobre una realidad circundante de la que ya no forma parte, incapaz de reconocer a sus antiguos amigos ni sentirse mínimamente emocionado con nada de lo que le rodea. La muerte parece ser la única solución a su angustia existencial, y podrá comprobar también que ante la aparente felicidad y la vida modélica de algunos viejos amigos se esconde un vacío sideral, vanas ilusiones para sobrevivir en el engaño con el que intentan alejarse de la guadaña del letal hastío. OSLO, 31 DE AGOSTO es una amarga y devastadora introspección sobre los desafíos de una vida sin esperanza, cuando ya todo te es ajeno y carece de interés, las llamadas no atendidas a una antigua novia te hacen sentir que tu vida naufraga en el desconcierto y la soledad absoluta, convirtiendo la propuesta en una crónica sobria, atormentada y cruda sobre la imposibilidad de encontrar el amor y el hálito de continuar con la farsa, la terrible y patética rutina de sentirse invisible en un mundo al que ya no perteneces.

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