viernes, 4 de abril de 2014

MIS PELÍCULAS FAVORITAS: "DE ENTRE LOS MUERTOS" (VÉRTIGO)


VÉRTIGO
Suspense Psicológico - USA, 1958 - 128 Minutos.
DIRECTOR: ALFRED HITCHCOCK.
INTÉRPRETES: JAMES STEWART, KIM NOVAK, BARBARA GEL GEDDES, TOM HELMORE.

    Alfred Hitchcock (Londres, 1899 - California, 1980) conocido como el “mago del suspense” se licenció en ingeniería y bellas artes, trabajó como dibujante publicitario hasta que un buen día descubrió su vocación por el cine. En 1920 dibuja inter-títulos para la productora Players Lasky, seguidamente pasa a ser decorador, guionista y en 1925 debuta en la dirección con El jardín de la alegría. Tras rodar algunas películas mudas en donde daba ya muestras de su personalísimo estilo, adquiere un merecido prestigio en el Reino Unido con El hombre que sabía demasiado, 39 escalones, Agente secreto, Sabotaje, Alarma en el expreso. Todas ellas realizadas en los años 30, porque en 1940, fichado para Hollywood por David O. Selznick dirige Rebeca, adaptando la novela de Daphne de Maurier que es todo un exitazo. Hitchcock es uno de los grandes directores de la historia del cine, unánimemente venerado ha influido en muchos de los cineastas contemporáneos -Truffaut, De Palma, Hanson-. De su extensísima filmografía compuesta por cerca de sesenta títulos destacamos los siguientes: Extraños en un tren (1951), Yo confieso (1952), Crimen perfecto (1954), La ventana indiscreta (1954), Pero...¿Quién mató a Harry? (1955), Con la muerte en los talones (1959), Psicosis (1960), Los pájaros (1963). Alejadas de la calidad de las anteriormente citadas se encuentran las irregulares: Marnie la ladrona (1964), Cortina rasgada (1966), Topaz (1969), Frenesí (1972) y La trama (1976) film que cierra su carrera cinematográfica.
 
     Sinopsis: Scottie Ferguson (James Stewart) un abogado convertido en detective, deja su trabajo en la policía de San Francisco el día que descubre su acrofobia (pánico a las alturas). Un día, Gabin Elster (Tom Helmore) un magnate amigo suyo desde los tiempos de la escuela, le pide que vigile a su mujer, Madeleine (Kim Novak) de la que sospecha que sufre un cierto tipo de neurosis y que desea suicidarse, le cuenta además que Madeleine cree estar poseída por el espíritu de su bisabuela que se quitó la vida. Scottie la sigue a todas partes observando su extraño comportamiento. Los temores de su amigo se confirman cuando tiene que salvarla de morir ahogada en la bahía. Poco después la lleva a su apartamento, pero cuando ella despierta no recuerda nada. Lo que no podrá evitar Scottie Ferguson, debido al vértigo que padece, es que Madeleine se suicide arrojándose desde el campanario de la iglesia de una misión española. Scottie cae en una profunda depresión nerviosa, y cuando sale del hospital, turbado aún por el trágico suceso, cree ver el rostro de Madeleine en otras mujeres. Así, paseando por una calle se encuentra con una vendedora, Judy Barton (Kim Novak de nuevo) que es la viva imagen resucitada de Madeleine. El ex-detective intentará por todos los medios que se parezca a su amor perdido, sin embargo, no todo será tan fácil.


    El maestro Hitchcock toma como base la novela D’entre les morts, escrita por los especialistas Pierre Boileau y Thomas Narcejac especialmente para él, autores también adaptados en 1954 con Les diaboliques por Henri-Georges Clouzot. Si bien a el director británico la novela no le pareció nada del otro mundo, decidió utilizar el soporte básico de la trama y elevar su atmósfera de historia atormentada y sinuoso erotismo. Así, de una novela mediocre -que eso sí, contaba con las características obsesiones que hicieron famosos a los escritores franceses-, Hitchcock extrae una de sus más grandes obras maestras. Aunque el relato desarrollaba la acción en París, el realizador la traslada a San Francisco, en un afán por retratar una ciudad que, por aquella época, fue testigo de la generación beat, y donde los tranvías, sus empinadas y ondulantes calles, la niebla de primeras horas de la mañana, la arquitectura victoriana y su gran número de cafés, hacían de ella un marco incomparable para desarrollar un desgarrado argumento de intriga psicológica. 

      Con un guión que comienza Alec Coppel, pero que a requerimiento del director de Psicosis, finaliza Samuel Taylor, que lo rehace en un intento por darle un matiz más acusado al tema psicológico, Hitchcock, contando de nuevo con su actor favorito, James Stewart, realiza algo prodigioso y a contracorriente de las tradicionales películas de misterio, como es revelar el enigma poco más que a mitad del metraje, lo que no impide que su interés siga in crescendo debido fundamentalmente a tres razones; la primera, la sensual química y el tremendo feeling de su pareja protagonista, Stewart-Novak; en segundo lugar, porque a medida que el film avanza todo el atractivo se va centrando en el complejo laberinto cerebral de Scottie, un secreto más inextricable e interesante que la verdadera identidad de Judy; y en último lugar, la novedosa fórmula -hábil empleo del zoom, imágenes en espiral- que usó el genial director para poner en imágenes los agobiantes efectos del vértigo que padece el protagonista.
 
      Vértigo es una obra maestra del Séptimo Arte, con escenas, planos e interpretaciones inolvidables. El personaje de James Stewart se aleja cada vez más de esa vida estable y sosegada que representa su novia formal, Midge, para adentrarse en un mundo inquietante de sensaciones desconocidas, atraído por la hermosa y carnal Madeleine, cuya imagen despierta en él una morbosidad oculta, impulsos con una carga de obscenidad largamente reprimida y que tiene su momento álgido con el famoso y alucinante beso giratorio. Un plano también maravilloso es ese de Kim Novak -que por cierto fue la sustituta de una Vera Miles embarazada- bajo el Golden Gate y un cielo cubierto de nubes que esconden la puerta de su inevitable camino. La impresionante fotografía de Robert Burks y una fantástica partitura musical a cargo de Bernard Herrmann, elevan el alarmante tono del film más complejo y estimulante de su autor. Rodada en el otoño de 1957, cuando se estrenó obtuvo de la crítica especializada -salvo honrosas excepciones- opiniones poco entusiastas, el tiempo, como casi siempre, ha hecho justicia, y hoy día es una de las películas más míticas de la historia.

2 comentarios:

  1. Lo estimulante de "Vértigo" es que su argumento es únicamente una excusa para una sub-trama acerca de una obsesión enfermiza y para una puesta en escena entre lo onírico y lo abstracto. En 2012 encabezó la lista de Sight and Sound de mejores películas de la historia. Un abrazo.

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  2. No sabía lo de Sight & Sound, de todas formas Hitchcock no sólo era un mago del suspense, pues al igual que mis admirados Michelangelo Antonioni y Louis Malle, también fue un gran taxidermista de almas. Vértigo es el más claro ejemplo.

    Un abrazo

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